“El karate sirve para formar mejores personas, no para pelear. La humildad es la esencia del karate”, repetía con insistencia el máster Teruyuki Okazaki, reconocido sensei del karate shotokan, quien falleció hoy martes, víctima de la epidemia del coronavirus, a los 89 años de edad, en Filadelfia, en los Estados Unidos, donde residía.
Fundador, presidente e instructor en jefe de la ISKF (International Shotokan Karate Federation), el shihan Okazaki colaboró durante mucho años en Mérida con el Dojo de Montecristo, centro de entrenamiento donde presidió seminarios y exámenes de grado, instruyendo a varias generaciones de karatecas yucatecos de todas las edades.
Nacido en Fukuoka, Japón, creció estudiando judo, kendo y aikido, para después, a los 16 años, ingresar a la Universidad Takishoku, donde decidió comenzar a practicar el karate. Recibió el rango de décimo dan, máximo de la ISKF, en octubre de 2007.
La filosofía del sensei era nunca dejar de aprender. Ni de enseñar.
En Yucatán se le conocía muy bien, pues casi de forma ininterrumpida impartió durante 17 años sus conocimientos en el Dojo de Montecristo, de la mano del desaparecido profesor español José Fernández Moral, quien trajo a Yucatán, en 1972, la práctica del karate shotokan.
Más información, mañana miércoles en la edición impresa de “Diario de Yucatán”.
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