![La celebración de las Bodas de Diamante de los esposos Molina Casares, el 8 de septiembre de 2009. Sobre estas líneas, los festejados con sus hijos: en orden ascendente, Juan Francisco, Rogelio Tirzo, José Lorenzo, Mario Arturo, José Trinidad e Ignacio Octavio, y en el mismo orden, Beatriz Eugenia de Uribe, Guadalupe María de Canto, Martha Leticia de Lago, María Cecilia de Bueno y María Patricia de Arce (no aparece en la imagen María Lucía de Guillermo).]()
![La celebración de las Bodas de Diamante de los esposos Molina Casares, el 8 de septiembre de 2009. Sobre estas líneas, los festejados con sus hijos: en orden ascendente, Juan Francisco, Rogelio Tirzo, José Lorenzo, Mario Arturo, José Trinidad e Ignacio Octavio, y en el mismo orden, Beatriz Eugenia de Uribe, Guadalupe María de Canto, Martha Leticia de Lago, María Cecilia de Bueno y María Patricia de Arce (no aparece en la imagen María Lucía de Guillermo).]()
A la edad de 86 años y a pocos días del tercer aniversario del fallecimiento de su esposo, ayer por la mañana se desligó de la vida en esta capital, después de breve dolencia, doña María Lucía Casares Espinosa, viuda del empresario y filántropo José Trinidad Molina Castellanos, con quien formó, en más de sesenta años de vida matrimonial, amplia, estimada familia de la sociedad meridana, en cuyo seno disfrutó de general, merecida estimación, por el don de gentes y las cristianas virtudes que le adornaban.
Madre de doce, abuela de 54 y bisabuela de 25, doña María Lucía nace en esta capital el 9 de julio de 1929, hija menor del matrimonio que formaron los señores José María Casares Martínez de Arredondo y María Dolores Espinosa Bolio. Les sobrevivía a sus hermanos María Dolores de Patrón, quien falleció el 28 de noviembre de 1997; María Guadalupe de Lago y José.
A los 20 años de edad, el 8 de septiembre de 1949 contrae matrimonio, en la iglesia de Nuestra Señora de Lourdes, con el señor Molina Castellanos, de quien enviuda el miércoles 22 de mayo de 2013.
En 1999, en celebración de gran relevancia social, los esposos Molina-Casares festejan sus bodas de oro con solemne ceremonia en la Catedral de Mérida, que presiden los arzobispos residencial y emérito de Yucatán, monseñores Emilio Carlos Berlie Belaunzarán y Manuel Castro Ruiz, y espléndida recepción en su residencia “El Pinar”, en la calle 60 con 35. Diez años después celebran sus bodas de diamante con emotiva ceremonia en María Reina de la Familia, capilla de la comunidad de consagrados y sacerdotes Legionarios de Cristo que se construye gracias a la generosidad de Da. María Lucía.
El funeral, íntimo, se efectuó en “El Pinar”. Los sacerdotes Ignacio Villaseñor Zavala, legionario de Cristo, y Jorge Martínez Ruz oficiaron misas de cuerpo presente. Los restos mortales fueron incinerados y las cenizas se depositarán esta tarde, en una cripta de la iglesia de Cristo Resucitado, después de la misa de las dos. Se han dispuesto ceremonias eucarísticas del lunes al jueves próximos, a las seis de la tarde, en la iglesia de la Divina Misericordia.
Le sobreviven sus doce hijos: María Cecilia de Bueno, María Lucía de Guillermo, José Trinidad, María Patricia de Arce, Lorenzo, Juan Francisco, Martha Leticia de Lago, Ignacio Octavio, Rogelio Tirzo, Mario Arturo, Guadalupe María de Canto y Beatriz Eugenia de Uribe; hijos políticos Eduardo Bueno Luna, Javier Guillermo Clausell, Leonor Helena Casares Espinosa, Raymundo Arce Monteros, Alejandra Millet Palomeque, Claudia Combaluzier Medina, David Lago Ancona, Ana Laura Menéndez Losa, Carmen Briceño Vargas, Lourdes Esquivel Mimenza, Antonio Canto Ontiveros y Enrique Uribe Azar; sus 54 nietos, Bueno Molina, Guillermo Molina, Molina Casares, Arce Molina, Molina Millet, Molina Combaluzier, Lago Molina, Molina Menéndez, Molina Briceño, Molina Esquivel, Canto Molina y Uribe Molina; 25 bisnietos, hermano político Mario Molina Castellanos y demás familiares.
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LA IGLESIA. Diversas son las actividades que doña María Lucía realiza, a lo largo de su vida, al servicio de la Iglesia católica y sus apostolados.
Junto con don José Trinidad, promueve, patrocina y auxilia durante muchos años las obras de la Casa de la Cristiandad, el Colegio Santa Teresa de Avila de Tizimín, que dirigen las religiosas teresianas; la Universidad Anáhuac-Mayab y los colegios Cumbres y Godwin, los movimientos de apostolado del “Regnum Christi”, de los Legionarios, entre ellos Familia y Juventud Misionera, el Apostolado Visita a Enfermos, Anspac, Evangelizadores de Tiempo Completo, Escuela de la Fe, Familia Mexicana y Club Falcons; el Banco de Alimentos de Mérida, la comunidad de las Carmelitas Descalzas y el comedor San Aroldo.
Destaca también su gran hospitalidad al servicio de la Arquidiócesis de Yucatán y distinguidos visitantes. Cardenales, arzobispos y otros dignatarios son objeto con frecuencia de las atenciones de doña María Lucía en “El Pinar”.
RECONOCIMIENTOS. También dignos de mención son los reconocimientos que se le otorgan por sus servicios y entrega a la Iglesia.
Junto con don José Trinidad, el 15 de mayo de 1998 es recibida, en la iglesia de San Agustín de la ciudad de México, en la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén. Preside el acto el cardenal Carlo Furno, Gran Maestre de la Orden y la figura más alta de la casi milenaria orden de caballería, cuyo origen se remonta al año 1110, cuando, en la primera Cruzada, Balduino, rey de Jerusalén, recién liberada, funda la Orden a fin de cuidar el Santo Sepulcro, custodiar a los peregrinos y recaudar limosnas para redimir a los cautivos cristianos. Balduino era hermano menor del legendario rey guerrero Godofredo de Bouillón, cofundador de la Orden.
También reciben la investidura el hijo mayor de los esposos Molina-Casares, José Trinidad, diácono permanente de la Iglesia católica, y su esposa Leonor Elena Casares Espinosa.
Seis años después, el 13 de junio de 2004, doña María Lucía y su esposo son investidos como dama y caballero de la Orden de San Gregorio Magno, sociedad religiosa instituida hace 180 años en homenaje al Papa doctor de la Iglesia que la gobernó desde la silla de Pedro hace más de cuatro siglos, del año 590 hasta el 604, y pasó a la historia como uno de los arquitectos de la misa contemporánea.
La ceremonia se realiza en esta capital, en la capilla de María Reina de la Familia, construida e inaugurada cinco años antes con el patrocinio de doña María Lucía en terrenos de la colonia San Ramón Norte, cerca del Anillo Periférico.
EL CLUB CAMPESTRE. Alma de sus fiestas, asesora, confidente de sus reinas y familias, doña María Lucía fue pieza clave muchos años, junto con don José Trinidad, del Club Campestre de Yucatán, cuya directiva presiden de 1978 a 1982, año durante el cual se inaugura el Gran Salón que lleva el nombre del señor Molina Castellanos, escenario de eventos relevantes del club, sus socios y la sociedad meridana en general.
En uno de sus últimos actos públicos en el club, el 10 de octubre de 2013 corta el listón inaugural del nuevo restaurante “Campestre”. Le acompañan en la ceremonia su nieta María Cecilia Molina Combaluzier, entonces reina de la sociedad; sus hijos Mario Arturo y Juan Francisco, el presidente Arturo Millet Molina y el arquitecto Alvaro Ponce Espejo, encargado del diseño del restaurante.
Ese mismo año, en febrero, planea y dirige el lucido espectáculo “Cleopatra, última reina de Egipto”, que su nieta María Cecilia y su corte ofrecen en el baile de Carnaval ante 1,400 personas.
También entusiasta promotora de las actividades deportivas, el 25 de mayo de 2007 preside la ceremonia de corte de listón del nuevo, moderno gimnasio para damas, en compañía del presidente Millet Molina y esposa Concepción Reyes Ponce.
Nuestras condolencias. Alas diferentes muestras de condolencia que reciben los hermanos Molina Casares y sus familias, asociamos cordialmente las nuestras.
Ve las memorias de María Lucía Casares Espinosa de Molina en : En Imágenes: Memorias de María Lucía Casares Espinosa de Molina